Una vida organizada, una vida feliz
Ese es el lema detrás de cada posteo de Ingrid Hajnal. Ese es el valor intrínseco detrás de cada uno de sus consejos sobre cómo organizar un mueble o cómo preparar una valija. Ese el motivo fundante que la llevó a dar vida a The Organization Wiz, una iniciativa a través de la cual brinda […]
Ese es el lema detrás de cada posteo de Ingrid Hajnal. Ese es el valor intrínseco detrás de cada uno de sus consejos sobre cómo organizar un mueble o cómo preparar una valija. Ese el motivo fundante que la llevó a dar vida a The Organization Wiz, una iniciativa a través de la cual brinda servicios de organización de espacios, coaching, cursos y workshops, pero en la que las redes sociales cumplen un lugar protagónico. Una charla con “Ini”, licenciada en Economía, mujer, esposa, madre de una niña y un niño, organizada y feliz.
Por Tais Gadea Lara
¿Cómo surgió la idea de hacer del tener una vida más organizada un emprendimiento propio?
Trabajé casi siete años en una corporación, con la cual realicé varios viajes. Luego me casé y tuve mi primera hija, ya no quería irme de mi casa al otro lado de la ciudad durante 11 horas. Tomé la decisión de dejar ese trabajo, vivir más ajustada, pero estar cerca de mi hija. Me dediqué a ser ama de casa, lo cual llamaba la atención de mi familia por toda la formación que tenía. Yo sabía que en algún momento iba a emprender, lo que no me imaginaba era que fuese alrededor de un hobby mío, que era la organización. El proyecto surge de una necesidad de situación económica familiar: yo tenía que volver a trabajar. Pensé incluso en volver a una empresa, pero, por suerte, surgió The Organization Wiz.
¿Por qué la organización?
Cuando nos fuimos a vivir juntos con mi marido, teníamos una casa muy chiquita y trabajamos muchas horas. Por lo que, el ocuparnos del hogar entre los dos era una cuestión de eficiencia y uso del tiempo y del espacio. Al ser una casa chica, necesitábamos tener un pequeño sistema de organización que nos permitiría disfrutar de nuestra vida. Estoy en contra del concepto de ama de casa tradicional que está todo el día con el delantal. Yo busco eficiencia: los domingos a la noche armo un menú, en la semana se cocina máximo 30-45 minutos. Me gusta comer rico y casero, me gusta tener una casa ordenada, pero no me gusta perder tiempo.
¿Y cómo pasaste de la propia organización a compartir con otros eso que vos hacías en tu hogar?
Le inventé un nombre al proyecto, le inventé un logo a través de un sitio de servicio de diseño digital. Sin casi nada de inversión, pude empezar. Todo fue gracias a mi cabeza, claramente un talento o un don que tengo para organizar y mi experiencia laboral.
¿Cómo aparece Instagram en todo esto?
Instagram fue mi vidriera. Me permitió mostrar tips y un servicio. El servicio lo dí durante un año y medio porque yo sabía que quería ser influencer de la organización. No había un perfil así en América Latina. Hoy lo soy. El término influencer me incomoda un poco, pero lo soy desde que me di cuenta que cualquier cosa que recomiendo se queda sin stock. Pero no se trata de un contenido vacío, le doy información a la gente. Busco sumar y contagiar esa organización que te puede ayudar en todos los aspectos de tu vida.
¿Hay muchas consultas de los jóvenes que se van a vivir solos?
Tengo consultas de todo tipo. Me siguen nenes de 10 años que se organizan y hasta me envían videos mostrándome cómo doblan sus remeras o acomodan su dormitorio. Tengo seguidoras de 80 años que asisten a los cursos. El público no tiene edad. Además, tengo seguidores de distintas partes del mundo, muchas veces son argentinos que viven en el exterior y que buscan información sobre organización. Pero buscan el concepto de organización latinoamericana. Yo no soy minimalista, hablo en base a mi realidad.
Mencionaste una vez que “la desorganización del hogar se relaciona con una desorganización de la vida de uno”.
Totalmente. La organización te permite tomar conciencia de los objetos que tenemos y de la vida que queremos. Nos enseña a valorar lo que tenemos, a medir el consumo de las cosas. Más allá del bolsillo que tenga cada uno, tenemos que tomar conciencia de que cada cosa que compramos implica saber dónde guardarlo, cómo limpiarlo, qué necesidad satisface. Busco transmitir un consumo responsable de los objetos ante un mundo de consumo voraz y desenfrenado. A mis hijos, por ejemplo, les enseño a colaborar en las tareas del hogar y a que sean conscientes de los juguetes que tienen. Uno puede transmitir algo positivo para el resto de la vida a otros.
¿Qué tip particularmente te cambió la vida?
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Si una tarea te lleva menos de 15 minutos, como doblar la ropa, encender el lavarropas o lavar los platos, hacéla en el momento. Si te lleva más de 15 minutos, agendála y guardáte un lugar especial en la semana para hacerla. La organización en la agenda, en el placard, en el celular, en todos los ámbitos, te aliviana la vida.
¿Es importante estudiar una carrera más allá de las redes sociales?
Es fundamental, te da solidez profesional. A mí cuando me contrata una empresa como influencer, le cuento sobre mi curriculum y es distinto.
A aquél joven que quiere emprender o ya tiene un emprendimiento, ¿qué consejo le darías para utilizar las redes?
Cuando empecé a emprender, las redes sociales eran otra cosa. Hoy las redes sociales te piden mucha plata para mostrar tus posteos y no está bueno. Lo más importante es creer en lo que hacés, saber que sos diferente y que tenés algo distinto para ofrecer, tenés que buscar cuál es tu diferencial.
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