Los sueños… ¡son posibles!
Su charla fue una de las más emotivas de Experiencia Provocación. Fue una de las oradoras que más inspiró a través de su historia, no porque haya sido “color de rosas”, sino que, por el contrario, atravesó obstáculos (muchísimos) y hoy sigue de pie en un escenario para demostrarle a todos los jóvenes que siempre […]
Su charla fue una de las más emotivas de Experiencia Provocación. Fue una de las oradoras que más inspiró a través de su historia, no porque haya sido “color de rosas”, sino que, por el contrario, atravesó obstáculos (muchísimos) y hoy sigue de pie en un escenario para demostrarle a todos los jóvenes que siempre se puede salir adelante. Luego del evento, conversamos con la gran Evelina Cabrera para seguir inspirándonos.
por Tais Gadea Lara
“Vivo el momento. No encuentro otra frase para definirme”. Sencilla, humilde y siempre con la frente en alto o “los tapones de punta”, así ha decidido salir a la cancha de la vida la joven Evelina Cabrera en un partido que nunca resultó ser fácil, pero en el cual ella decidió gambetearla y lucharla, pase lo que pase para alcanzar la victoria. Quizás por eso, más que esperar el resultado, cuando uno le pregunta cómo se define, ella simplemente responde: “Vivo el momento”. Quizás, porque cuando vivís tantas cosas en la vida, tantos obstáculos por atravesar; el instante, el momento, el hoy se convierte en lo más preciado de la vida.
Evelina Cabrera nació en un barrio humilde de San Fernando, en provincia de Buenos Aires. Siendo la mayor de tres hermanos, vivió allí con su familia hasta que a los 13 años, ante una difícil situación, decidió tomar sus cosas e irse de la casa para continuar delante de forma independiente. ¿Decisión fácil, acaso? Para nada. Atravesó su adolescencia entre vivir en la calle y en la casa de amigas. ¿Cómo vivió ella ese momento tan difícil? Así lo describe: “Considero que todo se dio por un tema del camino de la vida. Nunca proyecté nada. Acepté que me iba llevando a esa decisión, nunca estuvo en mis planes sino que el destino lo puso ahí. Yo sólo elegí seguir. Traté de hacer lo mejor posible y hasta el día de hoy trato de dar lo mejor de mí”.
En su juventud en la calle, aprendió a crecer como se podía: pasó de cuidar autos a cuidar prostitutas, y aprendió una numerosa cantidad de oficios. Hasta que un día llegó el momento de la pelota, del deporte, de ese reconectarse con una pasión para convertirlo en un oficio, en una profesión, en un volver a vivir.
El salir a la cancha
“El fútbol me hizo encontrar que es importante ser uno mismo”. Así fue como Evelina encontró ese ser en el fútbol. Así encontró allí una nueva oportunidad de vivir. Pero no sólo lo hizo como beneficio propio, sino también para ayudar a otras mujeres a reconectarse con lo propio, a aprender a jugar en equipo, a luchar por la igualdad de género en la sociedad. En esa reconexión y juego en equipo, Evelina es tan clara como un director técnico en conferencia de prensa previo a un partido: “Cada una es diferente. Si todas son goleadoras, no voy a poder tener a una defensora. Cada una, con sus diferentes personalidades, arma el equipo. Es el conjunto en sí del equipo, el que puede llegar a cosas importantes”.
En un país donde el deporte es prioridad, el fútbol lamentablemente parece continuar siendo “cosa de hombres”, o así lo considera una sociedad que aún tiene una mirada machista en pleno siglo XXI. Estas desigualdades son percibidas por las mujeres que practican fútbol femenino y se pueden evidenciar en detalles tan obvios como los que describe Evelina: “Hay entrenadores hombres que no están preparados para entrenar mujeres, que no saben qué hacer si una mujer está con el período de menstruación y cómo le puede afectar hacer deporte, que no comprende que una mujer puede llegar tarde por múltiples motivos diferentes, ya que el fútbol no es lo único que hace”. ¿A qué atribuye este machismo aún imperante en el mundo del fútbol? “El machismo se hace presente desde que somos chicos, desde el momento en que a vos te dan una muñeca por ser nena y a un nene le dan una pelota de fútbol, cuando en verdad es una elección de cada uno”.
Fueron esas falencias que aún se viven para con el fútbol femenino, las que impulsaron a Evelina a dar un paso más en su historia. El fallecimiento del padre de una jugadora, la falta de dinero para pagar el sepelio y la negativa de respuestas por parte del club en el que había jugado durante 14 años, hicieron que Evelina y el resto del equipo juntaran dinero y pagaran la cochería. “Desde esa noche, entendimos que teníamos que hacer algo para ayudarnos entre nosotras como jugadoras”, recuerda. Así fue como el 1° de julio de 2013 surgió la Asociación de Fútbol Femenino Argentino (AFFAR). ¿Su función? “Estamos convencidas de que tenemos que fortalecer todas las palias sociales que sufre una jugadora”, explica Evangelina. La asociación trabaja sobre los aspectos educativo, social y deportivo; a través de múltiples actividades y diversidad de temáticas, como charlas de neurociencia aplicada al deporte o concientización sobre violencia de género. El foco está puesto no sólo en ayudar desde lo deportivo, sino principalmente en cubrir aquellas falencias sociales existentes para con la mujer que practica deporte. Hoy Evelina no sólo es presidenta de la asociación, sino que además se desempeña como entrenadora personal, técnica de fútbol y coaching.
Su experiencia Provocación
La previa a subirse al escenario de Experiencia Provocación es tan particular como graciosa. Evangelina recuerda el capítulo de Los Simpsons en el que Bart se hace famoso por decir la frase “Yo no fui” y, a cada programa, evento o exposición que va se le pide que diga eso. “No quería hacer lo mismo en Experiencia Provocación, no quería subirme al escenario y que me digan ‘haz lo tuyo’ como a Bart”, explica entre risas, tras una larga experiencia como conferencista.
Esa trayectoria y especialidad como tal fueron las que la llevaron a preparar una charla distinta a las que exponía con anterioridad. Ya arriba del escenario aseguró: “Hoy todos ustedes tienen la posibilidad de ser ustedes mismos. No pierdan esa oportunidad”. ¿Por qué? Ella se muestra contundente: “Porque creo que cada uno, al ser uno mismo y defender sus ideales, se destaca y es más fuerte. No hay que acoplarse al miedo, hay que arriesgarse y ver que podemos hacerlo realidad. Siempre se puede llegar a ser lo que uno quiere”.
Esos “intensos” 14 minutos arriba del escenario, Evelina los vivió como un desafío más en su vida, como el momento de dar una charla diferente, como la oportunidad de dar un mensaje: “Genera mucha impresión ver a toda esa gente de frente, era como una cancha de fútbol. Me sentí totalmente agradecida y feliz de poder transmitir la idea de que nunca se dejen vencer por la manada, a veces hay que ser un poco rebeldes y generar un camino nuevo”. Nosotros, la aplaudimos de pie.
Volvé a vivir la charla de Evelina en nuestro evento en www.provocacion.com.ar y continuá inspirándote con su historia en www.evelinacabrera.com.ar