Procastinación ¿Y eso?
Venís postergando sentarte a estudiar, te da una fiaca tremenda, pero le ponés pilas y te decidís a hacerlo. Preparás todas tus cosas y justo cuando estás por arrancar decidís chequear tus mails. Son sólo cinco minutos, pensás, y ya que estás hacés una pasada por Facebook para ver en qué anda la gente, total […]
Venís postergando sentarte a estudiar, te da una fiaca tremenda, pero le ponés pilas y te decidís a hacerlo. Preparás todas tus cosas y justo cuando estás por arrancar decidís chequear tus mails. Son sólo cinco minutos, pensás, y ya que estás hacés una pasada por Facebook para ver en qué anda la gente, total unos minutos más no le hacen mal a nadie. Te entra un mensaje de Whatsapp, justo del grupo de chat de tus amigos, es por un programa para el finde y te sumás a charlar. Ya pasaron 35 minutos, redondeás en 40 y estás, acomodás las cosas sobre la mesa. Listo, ya todo está en su lugar, sólo falta ponerte en movimiento, pero antes una pasada por la heladera, porque mejor no arrancar a estudiar con el estómago vacío. Ahora sí, te sentás, tomás coraje, todo listo para arrancar, pero…
¿Te suena conocido? A este circuito se lo llama procrastinación (del latín “pro”, adelante, y “crastinus”, referente al futuro), es decir, es la acción de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.
Esto es algo que en mayor o menor medida a todos nos pasa y que hay que luchar para lograr vencerlo cuando tenemos cosas importantes para hacer y, en general, suelen relacionarse con el estudio.
En esta nota tiramos 10 sugerencias para poder cortar con la procrastinación y ser más eficientes en todas las tareas que te estén costando arrancar:
- Empezá haciéndolo:
Si siempre pensás en todo lo que tenés que estudiar o trabajar para presentar un trabajo y lo que te falta para terminarlo, no vas a ser capaz de lograr nada. Sólo hacelo. En lugar de perder el tiempo, empezá a hacerlo. Si posponés las cosas, te vas a dar cuenta de que cada vez tenés menos tiempo para hacerlas e incluso hasta podrías cometer errores.
- Dividí las tareas grandes en partes pequeñas:
Una de las razones por las que posponemos las tareas es porque las vemos tan grandes que pensamos que serían imposibles de lograr. Para hacerlo más fácil dividilas en partes. Ya que las dividiste en varias partes y si aún te resulta abrumadora, dividilas de nuevo en más partes. Se te va a hacer mucho más fácil y simple que inmediatamente vas a comenzar a trabajar sobre ello.
- Hacé un cronograma y una lista de pendientes:
Dividir el trabajo en pequeñas tareas incluye realizar un cronograma y una lista de pendientes para estar seguro de que podrás hacer todo en el tiempo adecuado. También tenés que ver cuál de ellas es más importante y darle prioridad sobre las demás. Para asegurarte de que vas a terminar a tiempo, fijá un plazo antes de la fecha límite que te haya establecido el cliente.
- Buscá un ambiente apto:
Si ya sentís que estás cansado de estar sentado en la misma silla y de ver las mismas cosas en tu área de trabajo, es momento de salir a buscar un lugar diferente para trabajar. Hay veces que el entorno se vuelve un factor importante para la procrastinación. Buscá un lugar donde te sientas inspirado y motivado para trabajar.
- Tené una compañía:
Habrá momentos en los que sientas que necesitás estudiar o trabajar con alguien o simplemente tener a alguien que te haga compañía. No es necesario que esa persona trabaje en el mismo campo. Cualquier persona con la que te sientas cómodo puede hacer las cosas más fáciles.
- Enfrentá tu miedo:
Se dice que la procrastinación es el miedo al éxito. Si posponés tanto las cosas probablemente es porque tienes miedo de llevar esa carga de responsabilidad para trabajar en un proyecto que, una vez terminado, te hará más exitoso que antes de desarrollarlo. Podés no estar de acuerdo con esto, pero viéndolo a profundidad puede tener algo de razón. Si te preocupa cometer errores, sólo vas a perder el tiempo preocupándote. Sé feliz con lo que estás haciendo y tendrás un buen rendimiento.
- Acabá con las distracciones:
Hay veces que no importa qué tan concentrado estés, podés dejar de estar trabajando por ciertas distracciones de las que ni te das cuenta cuáles son. Acabá con aquello que te pueda llevar a procrastinar. Sé consciente de tus acciones. No te distraigas con correos y no te la pasés chequeando tus cuentas de Twitter, Facebook y demás agentes distractores llamados redes sociales. Terminá de una vez por todas con las distracciones.
- Identificá tus fortalezas y debilidades:
Es muy útil conocer tus fortalezas y debilidades en tu desempeño. Esto te ayuda precisamente a ser más eficiente y eficaz en tu trabajo. Conocer tu debilidad te ayudará a terminar con esta, e incluso convertirla en fortaleza si sabés justamente cómo manejar las cosas. No caigás fácilmente en las distracciones. Aprendé a disciplinarte.
- Evitá el estrés:
El estrés es una de las principales razones de la procrastinación. Si estás todo estresado no vas a tener buen rendimiento mientras estudiás y vas a terminar posponiendo las cosas. Asegurate de intentar disfrutar de los que hacés, dormí suficiente, comé saludable, practicá algún deporte o ejercicio y hacé uso de tu tiempo sabiamente. Sin duda alguna si encontrás felicidad en lo que hacés, vas a ser capaz de hacerlo y terminarlo de la manera correcta e inmediata.
10. Terminá tus tareas:
Si no das el primer paso para empezar un proyecto, no vas a ser capaz de terminarlo. Ni el proyecto ni cualquier otra cosa. No terminarlo sólo va a empeorar las cosas, desperdiciarás todo el trabajo realizado anteriormente. Tampoco te la pasés saltándote tareas. ¿Te acordás que dividiste el trabajo en partes pequeñas? Terminá una por una antes de concluir con la siguiente. Si no la terminás, tenés que regresar donde te quedaste.