Flor Torrente – Pasión por la curiosidad
¿Cómo eligió su vocación Flor Torrente? Con tal solo 26 años abrió muchísimas puertas creativas, pero dedicándole el esfuerzo y tiempo que se merece cada una. No obstante, esta conciencia de vivir el día a día (que según ella se transformó en su filosofía) no es algo casual. Flor tuvo muchas dudas con respecto a […]
¿Cómo eligió su vocación Flor Torrente?
Con tal solo 26 años abrió muchísimas puertas creativas, pero dedicándole el esfuerzo y tiempo que se merece cada una. No obstante, esta conciencia de vivir el día a día (que según ella se transformó en su filosofía) no es algo casual. Flor tuvo muchas dudas con respecto a su futuro, hasta que en una situación de crisis, descubrió su vocación. Hoy es una actriz sensible, debutante de cine, revelación musical y entusiasta emprendedora de moda con su marca Helicia, que resalta el valor de la familia, la amistad, la reflexión y el amor en todo lo que hace.
por Antonella Orlando – FotoS: Pablo Genovesio
A pesar de venir de un entorno “famoso”, no te apuraste para tomar tus decisiones vocacionales. ¿Cómo vivís esta forma de encarar la vida?
Siempre traté que las cosas me fueran sucediendo y dejando enseñanzas. Obviamente que uno tiene sueños y quisiera hacerlos todos al mismo tiempo. Pero para mí lo más importante, aunque suene medio cliché, es vivir el aquí y ahora. Por ejemplo, desde hace mucho que quería hacer una película, pero las cosas llegan cuando estás preparado. Todas las experiencias me dieron una seguridad para poder plantarme. Ir por esta vida se trata de conectar puntos que tenemos dentro de nosotros. Cada cosa que uno va haciendo, va sumando a lo que uno es. Dibujo, pinto y me gusta la moda desde que tengo uso de razón, porque tengo una madre que me insertó inconscientemente en ese universo. Me gusta la música por curiosidad propia. Siempre me dicen: “El que mucho abarca, poco aprieta”. No coincido con eso, porque si tiene que ver con tu esencia, tenés que hacerlo.
¿Cómo definirías la “vocación”?
A mí me impulsa la pasión por las cosas, el amor y el deseo de sacar todo lo mejor de mí. Creo que siempre me voy a concentrar en el arte. Es lo que me inspira e impulsa, como vocación general. Es una manera de revelar y develar lo que uno tiene adentro, eso que muchas veces a simple vista no se puede ver.
¿Qué representa hoy Helicia y cómo se conecta con tu filosofía?
Con Helicia apuntamos a nuestra esencia. Por eso, no es casual que nuestro ícono sea una raíz. Agustina es mi amiga, mi hermana, la conozco desde los cinco años. Las mujeres de nuestras familias son muy fuertes. Nuestras mamás y abuelas nos inspiraron mucho. Y quisimos honrarlas contando una historia a través de accesorios. En el momento en que decidimos hacer esto estábamos muy bajoneadas. Yo recién volvía de Boston de haber estudiado y decir: “¿Y ahora?”. Agus había terminado la facultad, algo muy movilizador. Necesitábamos toda esa potencia para volver a encontrarnos. Y dijimos: “Hagamos algo”. Pero queríamos que fuera real y tuviera sustancia, no quedarse en “lo lindo” del objeto. Cuando arrancamos, el local era una caja de zapatos y lo fuimos haciendo todo a pulmón. Somos las community manager, las que hacemos los envíos a domicilio, las que pintamos los zócalos (risas). Y está buenísimo porque te enfrentás a tus propias dificultades.
Siendo emprendedora con Helicia, ¿con qué tipo de mujeres te encontraste?
Todas las mañanas en las redes sociales ponemos una canción que te haga sentir bien o un poema inspirador. No es cursi, porque tiene que ver con alentar a las mujeres a que entiendan que todas somos fuertes y podemos hacer algo para sentirnos mejor. De pensar todas las historias que conocí, se me pone la piel de gallina. Lo que es impresionante es el feedback que se generó. Si uno da amor, posta que recibe amor. El Anillo del Secreto lo hicimos para que cada una pudiera escribir lo que siente, para una misma; un deseo, un pensamiento, un mantra. Es como una mini botella con un papel de seda dentro. Sorteamos uno, y la chica que lo ganó nos mandó un mail contándonos que hacía tres años que estaba buscando un bebé y que esto era un impulso. Y hace poco, subió una foto a Instagram con su panza y el anillo puesto… logró quedar embarazada. Esas son cosas que emocionan. Ella siguió creyendo que se puede. Y si pasan cosas negativas y nos sentimos mal, ¡al menos sentimos algo! Hay muchos que esconden los problemas. Para mí hay que atravesarlos para hacernos más fuertes.
Si hubieras tenido ese anillo en la secundaria, ¿qué hubieras escrito en el papel?
“Encontrarme”. Porque es muy difícil hacer eso. Hay personas a las que les cuesta la vida y hay otras que no se encuentran nunca. Hoy siento que una parte de mí la encontré. Había un montón de sentimientos que los ocultaba, porque cuesta reflexionar desde lo más profundo de uno. No es fácil… podés encontrar muchas cosas. Yo dibujaba, tomaba clases de canto, estudiaba pintura. Hacía de todo, pero no actuación. Estaba bloqueada. Y no fue porque mi mamá me desalentara. Tanto ella como mi papá siempre me impulsaron a que hiciera lo que me gustara. Pasé por todos lados, bellas artes, fotografía. Hasta llegué a decir: “Vamos con Diseño Industrial”. Me fui con una amiga a las cinco de la mañana a la UBA para anotarme. Y en la fila empecé a pensar: “¿Qué estoy haciendo acá?”. Cada momento que pasaba, me angustiaba más. Me fui a un bar, me largué a llorar y le dije a mi amiga: “Yo tengo que actuar”. Tuve que llegar a ese punto tan límite para darme cuenta. Esa es mi manera de funcionar: estoy cornisa a punto de caerme cuando digo: “Ah no, era para otro lado”. Y después de lo que pasó fui a un casting. Yo era re obse, pensaba: “Tengo que tener experiencia para lanzarme”. Y me di cuenta que no. Y capaz que uno piensa: “Uh, cuánto tiempo perdí”. Pero no importa, porque todo lo que hice antes, me ayudó a estar acá.
¿Qué les dirías a los que están leyendo para que se animen a su vocación?
Muchas veces hay cosas que te detienen. Pará y decí: “¿Qué pasa acá? Algo no está bien”. Si sentís eso, no te aflijas. En la vida hay que enfrentar las cosas y pasar los obstáculos con uñas y dientes. Lo importante es saber lo que uno quiere y pelear por eso, verlo, dibujarlo. Yo soy muy de escribir y dibujar lo que quiero. Agarrá un cuaderno blanco y escribí todos los días lo que querés agradecer y lo que querés proyectar. Todo pasa por la imaginación y por no dejar de soñar, tengas $1, $10 o $10000. Y dedicarle mucho trabajo a tu sueño. No existe otro crecimiento genuino. Y también, hay que tener en cuenta que algunas veces uno tiene que hacer cosas que no le gustan para llegar a lo que le gusta. No digo que siempre sea así, pero es la verdad. En mi caso, arranqué laburando como modelo y yo no quería ser modelo. Sin menospreciar a nadie, ojo. Pero el modelaje me daba dinero para estudiar lo que a mí me gustaba.
Ya que hablamos de las mujeres, ¿cómo manejás el tema de las críticas?
Creo que cada una de nosotras tiene que ayudar a transmitir lo que vivió. Yo amaría tener una hija mujer para darle toda esta energía que tengo, y que la de ella sea mucho mejor. Hay que traer muchas mujeres a este mundo que reviertan toda esta testosterona. No digo que esté mal, porque todo es necesario. Pero las chicas jóvenes tienen que entender que las mujeres somos fuertes, todas somos bellas. Hay que cortar con los rollos del cuerpo y las críticas que nos tiran para atrás. Si nuestras madres y abuelas pudieron ser fuertes, ¿por qué no podemos nosotras?