El valor de la reflexión
¿Cómo encontró su vocación Alejandro Melamed? Alejandro Melamed es contador público y doctor en ciencias económicas. Cuando recién estaba empezando su carrera, un profesor le ofreció trabajar con él y esa fue la puerta al mundo de los recursos humanos, campo del cual hoy es especialista. Se desempeñó en distintas compañías de prestigio, como el […]
¿Cómo encontró su vocación Alejandro Melamed?
Alejandro Melamed es contador público y doctor en ciencias económicas. Cuando recién estaba empezando su carrera, un profesor le ofreció trabajar con él y esa fue la puerta al mundo de los recursos humanos, campo del cual hoy es especialista. Se desempeñó en distintas compañías de prestigio, como el caso de coca-cola company, donde trabajó por más de 17 años. A comienzo de este año decidió lanzarse con su propio emprendimiento, humanize consulting, que se especializa en coaching ejecutivo y desarrollo de marcas. En esta charla, melamed ofrece ricos consejos sobre cómo encarar la toma de decisiones sobre nuestro futuro y cómo aprovechar el primer año en la universidad.
por Antonella orlando
¿Cuáles son las variables que debe tener en cuenta un chico para elegir su carrera?
La clave es entender qué cosas te interesan y qué es lo que te apasiona. No hay que pensar en la salida laboral inmediata porque la realidad es que las profesiones van cambiando muchísimo y cada vez más rápido. Creo que uno tiene que estudiar lo que a uno le gusta y después ver la cuestión laboral. Hoy en día hay trabajos que hace cinco años no existían, y sucederá lo mismo dentro de cinco años cuando ellos estén terminando sus carreras. Ahora, cuando tenés dos carreras que te gustan y te apasionan y no sabés cuál elegir, el ejercicio que tenés que hacer es ver cuáles son las materias de cada plan de estudios. Puede ser que el nombre de la carrera sea muy seductor, pero no necesariamente te llamen la atención las materias que vayas a cursar. Entonces, en este caso tendrías que ver de esas dos carreras cuál tiene el mayor porcentaje de materias que te gustan. Además, un ejercicio muy interesante es entrevistarse con gente que estudie o haya cursado esas carreras, porque una cosa es la teoría y otra la práctica. Capaz que te encantaría ser ingeniero aeronáutico porque te imaginás trabajando con aviones, pero te das cuenta que vas a tener que rendir muchísimas materias con las que no te llevabas bien en el colegio. Y el otro tema que hay considerar es cómo esa carrera compatibiliza con tu vida en general. Si te gusta el deporte, las artes, hacer viajes con tu familia los fines de semana, vas a tener que ver cómo encaja con todo eso. Por ejemplo, si vas a estudiar ingeniería en petróleo, tenés que estar consciente que vas a tener que leer mucho y puede ser que si hacés mucho deporte como pasatiempo, tengas que dejarlo.
Muchos chicos tienen ideas para emprendimientos y no se animan a lanzarse. ¿Cuáles son tus consejos?
Si hay algo que te genere una inquietud particular y tenés el olfato para percibir que puede andar, empezá seriamente a pensar en eso y dale para adelante. De hecho, si uno revisa los principales proyectos innovadores de los últimos años, fueron hechos por jóvenes, como el caso de facebook o google. Siempre es bueno tener mentores, gente que te vaya ayudando en el desarrollo. Tratá de juntarte con personas con más experiencia. Y sobre todo, tratá de aprender, porque todas las experiencias nos brindan esa posibilidad. Y muchas veces, aprendemos más de los errores que de los aciertos. Que no nos vaya bien en algún momento de nuestro emprendimiento, no significa que la idea no sea buena. No deben confundirse. Hay que probar y probar, hasta encontrar los resultados positivos. Y también, hay que tener en cuenta que un proyecto no necesariamente tiene que ser para toda la vida. La velocidad de los procesos hace que lo que antes pensábamos que era para siempre, hoy sea para una etapa en particular.
Esa reflexión se conecta con uno de los principales miedos de los chicos: pensar que eligen una carrera para toda la vida y van a estar “atados” a esa decisión.
Definitivamente. Pero hay que pensar que la proyección para los chicos que tienen 17 o 18 años es que van a trabajar por los menos unos 55 o 60 años. Y la realidad es que proyectar lo que va a ser el mundo dentro de esa cantidad de años, es muy osado. Hay que hacer uso del dicho carpe diem y disfrutar el momento. Por eso, cuando uno elige una carrera tiene que percibir que la va a pasar bien y que va a experimentar momentos de goce. Cuando el estudio es presión y presión, y nunca llega el disfrute, se pasan los mejores años de la vida sufriendo. Y para eso no estamos acá.
¿A qué le deben prestar atención los jóvenes en su primer año en la universidad?
Lo primero y principal es hacerte un grupo de estudio y de soporte, porque vas a estar conformando tu base para toda la carrera. También tenés que sacarle el mayor jugo posible. Por ejemplo: estás entre dos profesores para elegir cursar una materia, y uno es para zafar y otro para aprender bien. Mi recomendación es estudiar con profesores con los que puedas aprender y que te puedan formar mucho. El primer año de la facu es como una maceta en el momento cero: tienen que empezar la germinación y de a poco crecer las raíces. Cuando cursás las primeras materias tratando de zafar, el problema lo tenés después porque no podés volver a esas instancias.
¿Advertís un aumento del estrés en los chicos de hoy?
Lo que visualizo es que hay una sobrecarga de responsabilidades innecesarias. Ves muchos padres que les asignan miles de tareas a sus hijos de 10 años y eso ya genera estrés infantil innecesario. Los chicos tienen que jugar y pasarla bien, no tiene que haber un mandato. Los padres proyectan en los hijos frustraciones propias, cuando en verdad tenemos una responsabilidad enorme que no tiene nada que ver con enseñar a través de lo que decimos que hay que hacer, sino a través de nuestros propios actos. En segundo lugar, y esta es una crítica general que tengo, es que la enseñanza secundaria tiene un montón de obligaciones innecesarias y donde debería haber exigencias, no las hay. Creo que la escuela debe brindarnos competencias y formarnos para la vida, y no transmitirnos conocimientos enciclopédicos. Lo que hace la escuela es enseñarte fechas y datos, que hoy encontrás en 10 segundos en google. Lo que tienen que enseñarte es cómo pensar y actuar. En la escuela secundaria están muy olvidadas la inteligencia emocional, práctica y ética. Creo que solo se enseña inteligencia intelectual. Y en el mundo laboral, esta inteligencia es una condición, pero no es suficiente para sentirse a gusto y desenvolverse bien.
¿Cuál es la importancia de la dimensión humana en el trabajo y la universidad? Lo necesario que es generar buenos vínculos…
Hoy estamos más conectados que nunca, pero mayor desconexión tenemos. Y la realidad es que el verdadero capital de una persona es el capital social, la red de vínculos que tiene. Generamos muchas relaciones etéreas y poco profundas, pero tenemos que recordar que en la universidad se desarrollan los vínculos que nos van a permitir desarrollarnos en el mundo futuro. Los compañeros van a ser futuros clientes, colegas, competencia. Y ahí tenés una oportunidad enorme de tender puentes. Por carrera existe una red de 3000 mil personas. Y si de esta cantidad, logramos que el uno por ciento nos preste atención, ya tenemos parte del camino allanado. Lo que es duradero a largo plazo es ese vínculo humano. Lo tecnológico y lo económico pasa, pero lo que nunca pasa es la experiencia que tuviste con el otro.
Alejandro Melamed en Experiencia Provocación