Creó una máquina que produce vasos biodegradables
Supo desde siempre que quería involucrarse en la ciencia y con apenas 19 años inventó un sistema para producir vasos con algas para ayudar a frenar la contaminación ambiental. Su brillante idea a su tan corta edad dejó boquiabierta a Ángela Merkel en su representación argentina en la cumbre del G20. Jerónimo Batista cuenta cómo […]
Supo desde siempre que quería involucrarse en la ciencia y con apenas 19 años inventó un sistema para producir vasos con algas para ayudar a frenar la contaminación ambiental. Su brillante idea a su tan corta edad dejó boquiabierta a Ángela Merkel en su representación argentina en la cumbre del G20. Jerónimo Batista cuenta cómo emprendió este proyecto y a qué aspira en el futuro.
por Lucas Riggio
La falta de consciencia humana es sin dudas la principal responsable de los cambios climáticos y de la mayoría de los problemas ambientales. Sin embargo, ni los pocos años de vida, ni las distracciones lógicas que podría tener un chico rozando los 20, fueron excusas para que Jerónimo Batista no tomara consciencia de semejante problemática.
“La generación de productos plásticos tiene un impacto ambiental muy negativo porque implica la utilización de derivados del petróleo (un recurso no renovable) y aporta a la emisión de gases de efecto invernadero, causante del cambio climático. Se usa en gran medida en productos desechables y, tras descartarse, tarda cientos de años en degradarse contaminando nuestros ecosistemas y fuentes de alimento, afectando así al ambiente y a nuestra salud”, explica, con claridad, el emprendedor de ahora 20 años, que actualmente se encuentra estudiando las carreras de biotecnología e ingeniería electrónica.
En la secundaria, en un recreo normal, como puede suceder en cualquier otro, fue donde hubo algo que le llamó la atención y le hizo un click en su mente: “Veía a diario en el colegio que los tachos de basura al lado de los dispensers de agua terminaban todos los días rebalsando de vasos que se habían usado por apenas instantes y se tornaban agentes contaminantes. Fue a partir de ahí que empecé a magnificar la problemática y darme cuenta del terrible impacto que representa a nivel global generando miles de millones de toneladas de residuos cada año”.
Fue así como de a poco empezó a buscar una alternativa, una idea, algo, que pudiera ayudar a cambiar la realidad que veía en los recreos. Arrancó el proyecto en la secundaria y si bien admite que al comienzo les parecía “medio raro”, igualmente recibió apoyo y lo ayudaron a seguir adelante. Con el paso del tiempo lo que había comenzado como una simple idea, se transformó en Souri. “Surge como una alternativa ecológica al uso de los vasos plásticos desechables. Para evitar la producción de esas enormes cantidades de residuos desarrollé unas máquinas que procesan una solución a base de extracto de algas, que producen y dispensan vasos que se degradan naturalmente en menos de un par de semanas. Es una forma de tener la misma funcionalidad pero sin las consecuencias ambientales actuales”, explica sobre su invento.
Hace poco Jerónimo abrió el laboratorio de desarrollo de Souri y sigue trabajando para mejorar la solución y poder potenciar su implementación en todo tipo de entornos, desde universidades y oficinas hasta lugares de comida y eventos.
Su proyecto lo hizo formar parte del Comité del Cambio Climático, Energías y Ambiente en la cumbre de 2017 del G20, representando a Argentina en Berlín, donde su discurso sorprendió a Ángela Merkel: “Fue realmente increíble. Allí pude trabajar junto con delegados de todo el mundo y luego darle un discurso a la canciller y poder debatir con ella. Fue muy satisfactorio ver que lo tratado se vio reflejado en el encuentro posterior entre todos los mandatarios y se generó un importante compromiso para con estos tópicos”.
Jerónimo Batista fue noticia por un invento que no se genera todos los días. Sin embargo, él sabe que no se necesita gigantes ideas para empezar a cuidar el mundo: “Desde nuestros hábitos más cotidianos hasta enfocándonos en potenciar la innovación, tenemos un compromiso ineludible que nos genera un desafío increíble. Pienso que todos debemos asumir la responsabilidad que implica generar un desarrollo sostenible”.
“En general, considero que es clave estar siempre en movimiento. Animarse a arrancar e involucrarse en los temas que a uno le interesan hace que surjan cada vez más oportunidades y podamos aprovecharlas”, finaliza. Con pequeños cambios, grandes resultados…