Connie Isla: “Vale más una persona activa que una dormida”
A días de haber estrenado “Sexo Sentido”, adelanto de su nuevo álbum y tercera canción, Connie Isla cuenta cómo está viviendo las primeras repercusiones del nuevo videoclip, el crecimiento de su marca de indumentaria sustentable y analiza el crecimiento del movimiento vegano en el país.
A pocos días de haber estrenado “Sexo Sentido”, adelanto de su nuevo álbum y tercera canción durante la cuarentena, Connie Isla regala parte de su tiempo para dialogar con Provocación y cuenta cómo está viviendo las primeras repercusiones del nuevo videoclip, el crecimiento de su marca de indumentaria sustentable y analiza el crecimiento del movimiento vegano en el país. A continuación una nueva entrevista con la multifacética chica del ukelele.
A pocos días de lanzar el videoclip de “Sexo Sentido” superó las 75 mil reproducciones, ¿qué sensaciones te deja?
Es zarpado. La verdad es que no sabía bien qué repercusión iba a tener porque es algo medio bizarro, lo más parecido que tengo a nivel visual es “Seguí Igual”. Es como una canción fuerte que se sale de lo típico pero no sabía bien qué onda. Cuando hablábamos sobre cómo hacer el video nos moríamos de risa. Obviamente que todo tiene su significado y sentido dentro de lo inverosímil pero también nos dejamos llevar un poco por la imaginación y dijimos “ya fue”, hagamos lo que nos pinte dentro de lo que tenga que ver con la canción. La verdad es que a la gente le impactó pero gustó mucho. Estoy muy contenta de que se haya entendido la idea de la canción y el video.
En un momento del video aparecen disfrazados de bananas y en una ocasión contaste que, si bien todo tiene un significado, esa idea fue una broma que quedó…
Claramente pusimos bananas por el doble sentido pero en realidad no cumplían una visión en particular del video. De repente nos divirtió la idea y nos animamos. Tratamos de buscar cosas relacionadas con la temática pero no hubo un porqué específico. Tuvimos la idea, nos mandamos a hacerla y a la gente le encantó… ¡Todos quieren el disfraz de la banana!
En un momento se ve un plano muy claro de una hamburguesa vegana, ¿esa idea también surgió de forma improvisada?
Eso también. Lo metimos a último momento porque una marca nos las mandó para que comiéramos a todo el equipo y gracias a eso decidimos meterla en el video. Pensamos la manera de comerlas y se nos ocurrió hacer esa escena. Fue literalmente el día anterior y fue uno de los momentos más icónicos del video. Si bien me considero muy organizada y tengo mi lado muy estructurado, también tengo mi lado de relajada dentro del plan, digamos. Si traes algo de afuera y entra dentro de la idea general, está todo bien, no tengo drama. Si se puede, lo hacemos.
Siendo una referente del veganismo en Argentina, ¿cómo analizas el movimiento en nuestro país en la actualidad? ¿Creés que la pandemia sirvió para concientizar respecto el maltrato hacia los animales?
Creo que está creciendo exponencialmente más allá de la pandemia. Antes de que pase todo esto el veganismo ya era algo que estaba creicendo a pasos agigantados. Me acuerdo cuando me hice vegana hace tres años y no había restaurantes veganos, marcas veganas… No había muchas cosas. Ahora hay por todos lados y no hablo solo de Buenos Aires. Me he ido al interior a tocar y hay restaurantes en todos lados. La conciencia que se está generando es espectacular y la pandemia intensificó todo esto por dos motivos: por el obvio de darse cuenta de la relación entre el maltrato animal con las pandemias, y porque ahora algunas personas tienen un poco más de tiempo y han empezado a investigar estas cuestiones invitándolas a que se cuestionen muchas cosas.
Siendo que este año la falta de tiempo dejó de ser una excusa para gran parte de la sociedad, ¿creés que en tu caso aplica para algo que solías procrastinar?
No de esa forma. Sí la cuarentena me permitió bajar varios decibeles. Si bien estoy haciendo hasta más cosas que hacía que antes, las hago desde mi casa pero no paro y estoy todo el tiempo pensando en ideas y cosas nuevas. También valoro mucho mis momentos de ocio que también son importantes pero más allá de eso lo que sí me permitió la cuarentena es meterle mucha rosca a “Vrote”, mi marca de indumentaria sustentable. Nació hace dos años pero en 2019 estuve al palo escribiendo mi libro, entre otras cosas, y la realidad es que no le pude dar la importancia que me hubiese gustado darle. La cuarentena me permitió poder darle la importancia que quería y ahora estamos haciendo un montón de cosas tratando siempre de ser lo más sustentables posibles. También me permitió hacer varios videos de veganismo que tenía pendientes y que me faltaban actualizar.
¿Cómo surgió la idea de crear una marca de ropa sustentable?
Todo comenzó cuando me hice vegana. Siempre digo que fue como un despertar al empezar a cuestionarme muchas cosas, entre ellas, quién había hecho mi ropa y bajo qué condiciones. De repente me tenía que comprar zapatos y la mayoría tenía cuero y los que tenían cuero sintético los encontraba en marcas masivas fastfashion. Empecé a investigar, ver documentales, seguir cuentas, y me di cuenta que no quería seguir comprándole a este tipo de marcas. Me vi en un problema pero cuando la conocí a Dani, mi socia que tiene una marca que hace zapatos de novia a pedido, surgió la idea y decidimos ver qué pasaba si lanzábamos un zapato vegano. Hicimos dos diseños similares para ver qué pasaba y nos fue re bien. Después lanzamos unos borcegos de cuero sintético que también gustó y ahí decidimos hacer “Vrote” y empezar a hacer más cosas. Así fue creciendo y este año ya empezamos a diversificarnos un montón dentro de la premisa del trabajo justo y ético apuntando a la sustentabilidad. Nunca digo que somos totalmente sustentables porque ser sustentables es otra cosa. Intentamos ser sustentables, no lo somos. Sí o sí la trazabilidad del producto está chequeada en cada parte de la cadena productiva e intentamos que todo tenga el enfoque lo más sustentable posible. Si nos ponemos a hablar del eco cuero, por ejemplo, no tiene nada de “eco”… es plástico, un derivado del petróleo. Por eso le decimos cuero sintético, no ecocuero. Tratamos de ser muy claras en comunicar sobre cómo están hechos nuestros productos. Es plástico, no vamos a negarlo. Como probablemente muchas de las remeras que la mayoría de las personas usan que tiene poliéster y no lo saben.
En tu Instagram soles dar mucha información respecto al veganismo, ¿te llegan mensajes de seguidores interesados en sumarse el movimiento?
Me llegan muchos mensajes de personas que se dan cuenta del mundo horrible en el que vivimos, que despierta y se da cuenta que todo lo que hacemos está generando contaminación o hay trabajo precarizado detrás o un animal siendo explotado… Es muy difícil de digerir, a mí también me pasó. Me pasa. Pero aprendes a anestesiarte sin dejar de saber que existe. Es una anestesia que te permite sobrevivir. Yo la respuesta que doy es que sí, es horrible pero nada va a hacer que eso se vaya ya, el mundo no puede cambiar de la noche a la mañana. Puede ser muy difícil darse cuenta de todas estas cosas pero vale mucho más una persona que sale y actúa a una persona dormida o que sabe pero elige quedarse triste en su cama. Hay que tomarse el tiempo necesario para procesarlo pero vale mucho más activa que dormida.
Seguís haciendo música, sacaste un libro, sos una referente del veganismo… ¿sos consciente de tu constante crecimiento en tan pocos años?
Sí y no, tengo una dualidad con ese tema. Por un lado trato todos los días de realmente frenar un segundo y agradecer aunque sean cinco segundos, ya lo hago inconscientemente, me nace. Me cuesta creer lo afortunada y privilegiada que soy, no solo por mi carrera sino por mi vida en general. También a veces me pesa eso porque digo: “que loco, yo tengo todo y hay gente que no tiene nada”. Sin embargo entiendo que un poco es así el mundo y trato desde mi lugar hacer todo lo que pueda para visibilizar y ayudar. Por el otro lado, siento que no soy consciente. Una vez me preguntaron qué se siente tener medio millón de seguidores y… no tengo idea. De verdad, siento que no soy conciente de la cantidad de gente que me sigue, más allá de Instagram. La última vez que toque en vivo fue con “La Bomba del Tiempo” y escuchar a más de mil personas cantar es algo a lo que no te acostumbras nunca. Tengo esa dualidad de realmente tratar de bajar los pies a la tierra y agradecer pero también que me cuesta creer ciertas cosas de las que no caigo.
¿Qué mensaje querés dedicarle al adolescente que está leyendo esta entrevista?
Es fácil decir que sigan sus sueños pero no vivimos en mundo equitativo, donde no todos tenemos las mismas posibilidades y sería irresponsable de mi parte decir que si tienen un sueño lo persigan porque sé que un muy pequeño porcentaje de personas lo consiguen. Lamentablemente en este mundo en el que vivimos, con este sistema tan desigual, los privilegios son algo que te posicionan mucho más adelante y obviamente que esa persona va a llegar antes que la que está atrás. Lamentablemente no voy a dar la típica respuesta porque no creo que sea justo decir eso ni creo que sea algo realista. Lo que sí puedo decir es que si tienen la posibilidad se formen, estudien, y no necesariamente una carrera, puede ser otra cosa. Que se zambullan en eso que les gusta, que lo hagan. A veces uno idealiza mucho los sueños porque el concepto del sueño está muy arraigado a la cultura en la que vivimos. Hay que probar, con la cabeza abierta, tanto para si sale bien como para ver si sale mal. Si algo les gusta obviamente denle para adelante y hagan todo lo que sea posible, pueden pasar un montón de cosas. Hay dos frases que me gustan mucho: “quien no se mueve no siente las cadenas” y “muchas personas pequeñas en lugares pequeños pueden cambiar el mundo”.