BENJAMIN ROJAS – Pura energía creativa
Parece aún aquel niño que tocaba la guitarra en “Rebelde Way” (o aparentaba hacerlo) y, sin embargo, ya tiene 32 años, está en pareja y desea ser padre. Cuando le decimos la edad aproximada de los lectores de esta revista, se ríe y asegura ya encontrarse al “final de esa etapa de juventud”. Entre […]
Parece aún aquel niño que tocaba la guitarra en “Rebelde Way” (o aparentaba hacerlo) y, sin embargo, ya tiene 32 años, está en pareja y desea ser padre. Cuando le decimos la edad aproximada de los lectores de esta revista, se ríe y asegura ya encontrarse al “final de esa etapa de juventud”. Entre grabaciones y una gira tan exitosa de “El Otro Lado de la Cama” por los escenarios argentinos, conversamos con Benjamín Rojas sobre la elección de ser actor, sobre su nuevo disco y sobre la importancia de equivocarse y seguir adelante.
Por: Tais Gadea Lara
¿Cómo estás viviendo el éxito de “El Otro Lado de la Cama”?
Es una bendición. El éxito que tiene la obra lo considero como una bendición porque es algo que uno desea tanto en su carrera como actor; y más considerando la alta calidad que hay en el teatro argentino, es decir, la competencia buena que existe. Estamos muy agradecidos con el público. No lo subestimamos nunca, siempre tratamos de mejorar en cada función. Por eso si alguien vino a ver la obra el año pasado y la viene a ver este año, la va a notar distinta, va a encontrar chistes nuevos. Ese es un poco el motivo del éxito. Así que estamos felices.
Están hace bastante tiempo haciendo la obra y en varias repeticiones alrededor del país, ¿cómo hacen para no aburrirse y salir siempre a escena con la misma energía?
Cada función es distinta. El público es el que marca el ritmo de la noche, aunque la gente no lo crea. Hay público ruidoso, hay público que se ríe mucho, hay otro que se ríe un poco menos. Esa es la dinámica que termina marcando el resultado de la noche. De nuestra parte, hay una base de disfrute que nos gusta hacerla, por lo que disfrutamos hacerla en cualquier escenario. Pero además se encuentra ese aporte nosotros del público especial. El hecho de encontrarnos en permanente superación con la obra, la va ampliando internamente para.
Con todo lo que ocurrió tras el fallecimiento del hermano de Nicolás Vázquez, ¿cuán importante fue la amistad en el equipo?
Recibió una cantidad de apoyo y afecto tremenda. Nos terminamos todos haciendo amigos de los amigos de él. Ha recibido una calidez, protección y amor, que nos alivió mucho saber que estaba tan bien acompañado. La decisión de continuar con la obra fue 100% de él, sin presión para que lo piense con tiempo. Él nos expresó que necesitaba continuar con la obra y la verdad es que es entendible. Es una obra muy linda, es un escenario en donde quizás busca lentamente ir sanando un dolor que es profundísimo.
Si bien no necesitan de convocatoria porque hacen funciones agotadas, ¿por qué invitarías a la gente a ver “El Otro Lado de la Cama”?
Porque se van a reír mucho, se van a reír sin parar. Si querés divertirte y reírte dos horas seguidas, tenés que ir a ver “El Otro Lado de la Cama”.
Sos joven, pero en enero próximo vas a cumplir 20 años de trayectoria como actor. ¿Qué es lo que más disfrutás de la actuación?
Jugar a ser otro. Eso es lo que más me gusta. Sentir la satisfacción del objetivo cumplido. Es decir, generar una emoción en el otro. Yo interpreto a alguien y al espectador lo movilizo con una interpretación, y le llego a tocar una fibra muy íntima que genera una manifestación de sentimiento sea risa, llanto o cualquier otra. Cuando se logra eso como actor, es la cima.
Empezaste de muy chiquito como actor, ¿estabas seguro que ibas a hacer de eso tu profesión?
¡Para nada! Comencé a los 12 y hasta mi adolescencia, hasta que terminé el secundario era una mezcla de sorpresa, juego y aprendizaje. Después, a medida que fui avanzando ya en quinto año del secundario, había que entrar a la universidad y tenía que definir a qué me iba a dedicar. Ahí me dije “mi carrera no va a ser abogacía, medicina, odontología; yo quiero ser actor”. Ahí fue cuando defendí lo que venía haciendo.
¿Sentiste que tu infancia y adolescencia fue muy distinta?
Mi familia me acompañó y me hizo sentir que era total normalidad. Como todo en la vida, cuando elegís, estás descartando algo. Quizás relegué más tiempo de juego y de ocio durante mi adolescencia, para ir a grabar en televisión. Pero en ese momento siempre terminaba eligiendo ir a grabar, quizás me costaba un poco más, el resultado era el mismo.
¿Cuán importante es la formación en actuación?
Tenés que estudiar igual, tenés que formarte igual. En mi caso fue particular porque me tocó elegir una carrera que ya venía haciendo hace varios años. Si amas el arte, tenés que estudiar, experimentar y saber qué herramientas tenés para hacer eso. No hay una teoría como en medicina, acá tenés que hacer mucha práctica, mucha prueba y error, mucho ensayo.
Muchos de tus primeros trabajos eran programas dirigidos a un público juvenil, ¿te importaba el mensaje que se les daba?
¡Por supuesto! “Rebelde Way” fue un programa muy polémico para los adultos, para los padres, que se preguntaban “¿cómo van a mostrar esas cosas en televisión?”. Te puedo asegurar que yo tenía 17 años cuando hice “Rebelde Way” y todas las situaciones que me tocaban grabar eran muy similares a situaciones que vivía en el colegio: embarazos accidentados, fumar a escondidas de los padres, escaparse del colegio, momentos lindos de la amistad, encontrar tu primera novia, dar tu primer beso, tu primera vez…. Todo eso pasó, el problema es que a veces para la gente es difícil enfrentar la verdad.
¿Creés que hay mucha dificultad por parte de los adultos de encarar estos temas?
El tabú hace mal. Lo que escondés debajo de la alfombra hace mal, no sirve.
En “Rebelde Way” comenzó esa combinación entre la actuación y la música, ¿era algo que a vos ya te movilizaba de antes?
Fue gracias al programa. Yo hacía un personaje que se llamaba Pablo que tocaba la guitarra y yo no tenía idea del instrumento. Así que empecé clases de guitarra para poder interpretar el personaje; parte del trabajo del actor es estudiar un poquito más de eso para que sea más real. Lo que no sabía cuando tomé las clases era que me iba a enamorar del instrumento (risas).
Hoy estás presentando tu disco “Polarizo” con una modalidad digital particular, ¿no?
Es un disco para plataformas digitales. Spotify es la más popular en este momento, pero está en múltiples plataformas. Si bien la tecnología hoy está creciendo, el objetivo hoy era llegar a gente que está fuera del país que, gracias a programas como “Rebelde Way” o “Floricienta”, me conocen y están interesados.
¿Cómo definirías la música que van a encontrar ahí?
Rock-pop. Cancionero con mucha presencia de guitarra.
¿Un mensaje para los lectores?
Si te equivocas, no pasa nada. No hay que tener miedo a equivocarse. Podés elegir algo para tu vida y después cambiar de opinión, y eso es parte de la sabiduría y del crecimiento. Es imposible a los 17 años adivinar a qué te vas a dedicar hasta los 60. Creo que tenés que probar, equivocarte y volver a empezar.